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En Atlacomulco, ligan a aspirante Morenista a “delincuencia organizada”

Atlacomulco, Estado de México.- Mal y de malas en lo que a aspiraciones políticas se refiere para este icónico municipio mexiquense, ya que, primero, salió a relucir el anhelo de gobernarlo por parte de Héctor Velasco Monroy, quien tiene en su haber una investigación -aunque lo niegue- por presunto desvío de recursos cometido contra las arcas de Diconsa, mientras éste fungió como director general en la administración de Enrique Peña Nieto.

 


Hoy, salta un morenista de nombre Nicolás Martínez Romero, quien en 2021 fue candidato de Fuerza por México -partido político desaparecido- acusado de dividir al partido y perdiendo la contienda contra la alianza “Va por México”, compuesta por PRI-PAN-PRD; hoy, éste insiste en la candidatura por Morena, sin embargo, al interior de ese instituto político, la militancia guinda de Atlacomulco, rechaza tajantemente su “imposición”, asegurando que éste es un “traidor” a la causa.

 

A través de un comunicado, la militancia Morenista de Atlacomulco, da a conocer que Martínez Romero NO reúne el perfil adecuado para representar los trabajos de la 4T, pues no representa un factor de unidad entre simpatizantes, militancia y ciudadanía en general, incurriendo en violación a los principios estatutarios de Morena: NO MENTIR, NO ROBAR, NO TRAICIONAR, por lo que su imposición ofende y traiciona. A este sujeto, si bien es cierto que le conocen “bien” en Atlacomulco, también se le reconoce como “abogado fraudulento”, o sea, un sujeto que cobra por asuntos que no concluye, además le va bien el mote de “usurero”, toda vez que se dedica a la compra-venta de autos usados, con prestanombres, colombianos, por cierto, con “créditos a la palabra”, enganchando a la gente con “supuestos prestamos” que les puede costar hasta la vida.

 

Y es que, tras contratar a un primer colombiano para sus negocios, empezaron a llegar otros que apoyaban en el negocio de la compra-venta de autos, pero su función primordial era, enganchar al comprador; segundo, hacer toda clase de llamadas para amedrentar a los compradores que, ante el abuso por el cobro de intereses de este sujeto, es que tardaban o dejaban de pagar, por lo que eran obligados a través de amenazas de supuestas fotografías y videos “íntimos” de los clientes y, tercero, si aun así no cedían para realizar el pago, iniciaban una cacería contra los compradores llegando a molerlos a golpes, se tratara de hombre o mujer, hasta que pagaran, no sin antes amenazarles de hacer lo mismo contra sus familias.

 

Costumbre que tenía Nicolás Martínez Romero desde el seno de su familia, ya que, dicen, éste acostumbraba golpear constantemente a su esposa Inés “N”.

 

Ahora bien, el aspirante morenista, ha sido señalado como presunto responsable del asesinato de un joven colombiano de nombre Yandi Andrés Martínez Zapata, sujeto que, al parecer, “fue contratado” por Martínez Romero para trabajar en México, siendo éste uno de sus “vendedores” o, mejor dicen, operador de sus negocios “sucios” y quien, al parecer, le confió “mover” a otro grupo de colombianos que llegaron a Atlacomulco “por su intercesión”, acomodándolos en la colonia La Garita, ubicada exactamente frente a la Terminal del municipio.

 

Se comenta que, en 2021, Martínez Romero, se involucró de manera muy personal con Yandi Andrés Martínez Zapata, quien era su principal lugarteniente y curiosamente, dicho personaje fue encontrado en el domicilio particular de Martínez Romero (también en La Garita), con una herida penetrante en el cráneo, por proyectil disparado por arma de fuego, tal y como obra en la carpeta de investigación con número de NIC:FHT/FHT/00MPI/401/00010 /21/01 y con: NUC:LER/FHT/FHT/054/005927/21/01 de fecha 12 de enero del 2021, en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, y como se desprende del Acta de Defunción de este personaje.

 

O sea, fue asesinado con un disparo en la cabeza.

 

Cabe hacer mención que éste fue trasladado desde Atlacomulco, aún con vida, a Toluca, lugar en el que falleció, y Nicolás Martínez ha querido esconder dicha carpeta de investigación, gracias a sus presuntos nexos con ministerios públicos, tras fungir como abogado penalista, pero la pregunta sería ¿por qué esconder dicha carpeta en lugar de que quiera esclarecer la muerte de su mayor operador?

 

Ahora bien, la preocupación crece cuando, se dice que, a partir de la llegada de los colombianos al municipio, gracias a la intervención de Martínez Romero, es que la ola de violencia se recrudeció y, comentan, esto fue de la mano del ex alcalde Roberto Téllez Monroy , por lo que ya se comenta dentro y fuera del municipio sobre el riesgo de convertir a Atlacomulco y a su vecino, el municipio de Temascalcingo, en “sedes de narco gobiernos” en la zona norte de la entidad.

 

Como ejemplo, recordemos que, para Temascalcingo, Morena postula a Javier Chaparro Domínguez, a quien, se dice, está íntimamente ligado con la Familia Michoacana y, ante el descontento de su militancia en dicho municipio, lo bajan de la contienda y suben a su esposa Verónica Moreno Martínez.

 

Lamentablemente, la “necesidad” de Morena de allegarse “de militantes”, le ha hecho abrir sus puertas a toda clase de “delincuentes” que aspiran a un cargo público, lo que ha llevado a que “muchos se sientan con la capacidad” para contender en este proceso, sin darse cuenta que “un militante” con negro historial, terminan echándolos a patadas pero, en el caso concreto de Nicolás Martínez Romero, el riesgo es doble, ya que si mueven los hilos de la delincuencia en Atlacomulco, podría provocar un zafarrancho, tal como el que se vivió en Acambay, donde hace algunas semanas, como ya se había comentado, el gobierno municipal tuvo que imponer toque de queda para resguardar a sus ciudadanos. ¿Eso es lo que se quiere para el icónico municipio de Atlacomulco?

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