Ruido de pirotecnia desarrolla estrés crónico en perros y gatos
Toluca, Estado de México.- El ruido de la quema de productos pirotécnicos afecta gravemente a la mayoría de los animales de compañía, especialmente gatos y perros, que tienen un oído mucho más sensible que el humano, y que en estos días previos a las fiestas patrias, están en riesgo de desarrollar ‘estrés crónico’, de acuerdo con el veterinario Juan Manuel Sánchez.
En esta zona de Tultitlán, Coacalco y Tultepec, en donde prolifera la quema de pirotecnia se ha observado que los animales manejan un alto nivel de estrés y es que son mucho más sensibles a los sonidos que los humanos.
El alto nivel de estrés que provoca el ruido de los petardos, con el tiempo genera estrés crónico, pues es mucho más dañino para la salud de las mascotas, que la afectación que provoca el estrés agudo”, explicó.
De hecho, se estima que en los animales domésticos la ansiedad provocada por los petardos se incrementa hasta en un 80 por ciento, en torno a las fiestas patrias.
“Aunque la pirotecnia tradicional tiene una parte vistosa y muy bonita, también implica una problemática para una parte de la ciudadanía y de los animales domésticos y salvajes que viven en ambientes urbanos y semiurbanos”, explica el veterinario.
Y dice que más común es que el ruido tan intenso les provoque miedo y ansiedad, causando pérdida del apetito, agresividad y nerviosismo. Asimismo, los fuegos artificiales pueden generar daños en el sistema auditivo, así como causar irritación en los ojos y en vías respiratorias, debido a las partículas químicas que liberan.
Juan Manuel Sánchez, quien tiene una clínica veterinaria en Tultitlán, explicó que los perros tienen un rango de audición de 10,000 a 50,000 Hz, mientras que el del ser humano sólo abarca de 16,000 a 20.000 Hz, y la distancia a la que puede escuchar es cuatro veces más a la del hombre. Su oído es cuatro veces más afinado que el nuestro y puede registrar 35,000 vibraciones por segundo.
Explicó que el daño del ruido de la pirotecnia también se extiende a personas de edad avanzada, con déficit cognitivo y a bebés y niños con hipersensibilidad al sonido.
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