Desarrolla universitaria hidrogel para tratamiento de heridas crónicas
Con la intención de mejorar los tratamientos de heridas crónicas, la doctora Miriam Verónica Flores Merino, investigadora de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), desarrolla la investigación “Preparación y evaluación de un sistema hidrogel-antioxidante de aplicación transdérmica como tratamiento de heridas crónicas”.
La investigación forma parte del estímulo Mujeres en la Ciencia otorgado por el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECyT) y tiene como objetivo generar un sistema de hidrogel-antioxidante de aplicación tópica, es decir, sobre la piel.
Flores Merino explicó que el procedimiento comenzó en el laboratorio, junto a sus colegas y compañeros de trabajo, teniendo como materia prima los polímeros, que son un conjunto de moléculas grandes y pequeñas que tienen un rol esencial y son utilizados para crear el sistema de hidrogel, para después procesarlos y, finalmente, obtener el resultado con una molécula activa conocida como antioxidante.
“La consistencia que tendría el hidrogel-antioxidante es similar al de una gelatina y se aplicaría en un apósito o un parche y, posteriormente, se colocaría sobre la herida. Esto daría lugar a que la sustancia ayude a cerrar la herida y, posteriormente, empiece a liberar el antioxidante para iniciar el proceso de regeneración de la piel”, abundó la investigadora.
El hidrogel-antioxidante está dirigido a pacientes con heridas crónicas como úlceras diabéticas. La razón por la que se le da prioridad a este tipo de lesiones es porque en México la diabetes es una de las principales enfermedades que padece la población, no obstante, también se podrá utilizar en úlceras varicosas, lo que permitirá una rápida regeneración de la piel a causa del antioxidante.
La investigadora universitaria advierte que el principal reto de su investigación es transitar de la teoría a la práctica, es decir, que el trabajo del laboratorio se aplique en beneficio de la población mediante productos que se puedan ocupar en hospitales.
Para Flores Merino las mujeres investigadoras aún tienen menor visibilidad respecto a los hombres que realizan trabajo científico. Refirió que en los congresos y estancias internacionales donde ha participado prevalecen brechas de género.
“Para mí es un orgullo ser una mujer investigadora, porque me permite ser un referente y llegar a las mujeres que apenas se están insertando en la ciencia o las estudiantes, que puedan ver que sí se pueden lograr los objetivos que tenemos”, concluyó.
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