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Adicción a la tecnología: ¿Cuánto resistes sin celular?


Kenia Velásquez admite que en su teléfono celular van sus recuerdos, mientras Andrea Abonce percibe la dependencia al móvil. Para sus compañeros de escuela suele representar la mitad de sus vidas.

¿Tú cuánto tiempo resistirá sin un celular?

Jorge Arzate Salgado, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), describe que los jóvenes de hoy nacieron con el “celular y las tabletas en la mano”.

Ya es parte de su vida, dice, no puede calificarse como negativo en sí mismo, pues si los celulares se utilizan de manera adecuada generan habilidades y capacidades.

“Se trata de un sector que tendrá que trabajar en 10 o 20 años con un tipo de economía robotizada, la cual se va transformando poco a poco y requiere de la utilización necesaria de una computadora, así como de las redes sociales, porque estos elementos ya forman parte de nuestro trabajo cotidiano”, sentencia.

CONCIENCIA DIGITAL

El especialista indica que el problema en la utilización de celulares son las ludopatías, es decir, la adicción al juego.

No es correcto, admite, que un joven mantenga la atención en su celular las 24 horas del día. Podría hacer otras actividades como leer, asistir a la escuela o practicar un deporte.

Explica que son necesarias reglas de contención que deben instrumentar los padres para la limitación a las pantallas.

El sociólogo no lo dice, pero los padres también pueden ser cautivos de las pantallas, al móvil, a la conciencia digital.

En el teléfono celular, los jóvenes pueden acceder a las redes sociales de Facebook, Instagram y Twitter, es el mundo que guardan en la mano, bolsillo o mochila. Es la realidad virtual que les permite caminar en la vida real.

“Se trata de un tema muy importante, ya que en la mayoría de las ocasiones descuidamos a nuestros niños y jóvenes en el uso de celular, descuidando los contenidos e ideologías”, apunta Arzate.

EL CAOS

Andrea Abonce comenta que el celular se ha convertido en una herramienta básica para su generación. El solo hecho de contestar una llamada suele ser muy importante, sobre todo cuando se trata de largas distancias.

“Nos ha generado cierta dependencia, porque para nosotros resulta muy satisfactorio el hecho de saber que tenemos más amigos que comparten nuestras publicaciones o les gusta lo que subimos”.

El caos viene cuando ocurre un robo o extravío. “Es un caos” porque ahí se encuentran registrados todos sus datos.

RECOMIENDAN LA CONVIVENCIA FÍSICA

Antes la gente se comunicaba por cartas, recuerda Luis Ponce Guadarrama, psiquiatra de la clínica 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El recuerdo del especialista contrasta con la actualidad, hoy el celular es compañero de viaje cuando se camina o conduce un automóvil. Es prioritario para garantizar la comunicación instantánea.

Sin embargo, el especialista aclara que las nuevas tecnologías de ninguna forma podrán sustituir la comunicación directa que debe establecerse con los familiares, quienes en algún momento podrían sentirse marginados o ignorados.

La advertencia del psiquiatra no siempre se cumple en la realidad, es común que el móvil distraiga la atención en una convivencia familiar o personal.

Ponce coincide en colocar límites a las pantallas, pues la salud emocional no debe centrarse en las cosas materiales, sino en disfrutar de la comunicación con las personas cercanas.

“No hemos aprendido a utilizar el celular, y aunque también tiene su parte positiva, existen otros rubros en donde nos debemos olvidar de él, como en el trabajo y la escuela”, dice.

Fiebre celular

De acuerdo con el INEGI, el número de usuarios de teléfonos inteligentes o smartphones en México creció de 50.6 millones a 60.6 millones entre 2015 y 2016.

LAS MALAS SEÑALES DEL CELULAR

El uso compulsivo del celular y otros dispositivos digitales ocasionan conflictos intrapsíquicos, donde el individuo experimenta emociones desagradables contra sí mismo, que le generan reacciones poco asertivas, incluso manifiesta consecuencias físicas como arritmias, opresión en el pecho, falta de aire, sudoración, molestias digestivas y náuseas, entre otras.

La advertencia viene de especialistas del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM), quienes han realizado estudios para detectar la adicción de una persona a las redes sociales.

Algunos signos para detectar si se es adicto a estas redes, indican, es aislarse de las relaciones cara a cara, pérdida de la noción del tiempo o del espacio debido a la permanencia en la red, llegando, muchas veces, hasta a privarse del sueño.

También ocurre una baja en el rendimiento escolar, descuido de responsabilidades o actividades consideradas como importantes en el entorno laboral, escolar, social, familiar o de pareja, o bien, manifestaciones de euforia, así como pensar y hablar persistentemente de los temas y circunstancias que suceden entre los conocidos de la red.

“Los padres pueden contribuir a que sus hijos limiten el uso de las redes sociales mediante el establecimiento de normas y medidas disciplinarias contundentes”, dicen los especialistas en un comunicado oficial.

Entre las recomendaciones: limitar las pantallas, monitorear permanentemente el uso de celulares de acuerdo con la edad del usuario, programar un temporizador y ayudar a la persona a respetar el tiempo establecido.

También sugieren optar por la convivencia mediante juegos de mesa, desactivar los datos móviles o la red WiFi.


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