Desbordan delitos en periferia del Toreo de Cuatro Caminos
Durante este año, más de 15 homicidios se han registrado en la zona del Centro de Transferencia del Toreo; además aumentó el robo a mano armada a transeúntes, donde estudiantes han muerto por no entregar sus pertenencias.
El Mexipuerto está convertido en una zona sin ley, no obstante que ahí llegan diariamente 20 mil unidades de transporte público, que trasladan más de 500 mil pasajeros a esta terminal que conecta con el metro Cuatro Caminos, la cual es monitoreada por 300 cámaras de seguridad, donde aun así crece el delito.
Ninguna autoridad del Estado de México y la Ciudad de México quiere hacerse cargo de su responsabilidad, en lo que corresponde a la seguridad, mientras que bandas de asaltantes operan impunemente en las salidas del metro, de acuerdo con denuncias de los usuarios y comerciantes de la zona.
Toda el área se encuentra en total riesgo, ya que en cualquier momento los transeúntes pueden ser asaltados con lujo de violencia a cualquier hora del día y pierdan la vida, afirma Lucila López, quien diariamente toma el metro en el Toreo.
Las historias son innumerables, en el tránsito de más de medio millón de personas que caminan cotidianamente en el perímetro, para llegar a sus diferentes destinos.
En Cuatro Caminos hay una cifra “negra” de robo a pasajeros, toda vez que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México retiró hace años el Ministerio Público que había en el Toreo y no lo ha reinstalado.
“Entre 15 y 20 personas al día son despojadas de sus carteras, celulares, bolsas y hasta joyería por parte de bandas de ladrones identificadas como “los cadeneros y los de la bolita, los cuales, de manera sorpresiva y en grupo, rodean a sus víctimas para arrebatarles objetos de valor, especialmente en el paradero norte”, acusaron dirigentes vecinales de Lomas de Sotelo. Actualmente, y pese al proceso de rehabilitación del área, prevalecen muchos excesos, tanto en el transporte público como el comercio en la vía pública que saturó la zona en la parte de Naucalpan.
Las banquetas y entradas a los andenes del Metro y de los derroteros que ahí se ubican son lugares de impunidad, sobre todo en las noches o muy de mañana, en el que seguro nadie se escapa de un trágico robo.